COLUMNA PARA EL DIARIO "La Visión", de M.Acosta, Merlo, Buenos Aires (mi pueblo).
Llegué a Uruguay en un contexto fubolero, justo cuando se celebraba el mundial de fútbol. Viviendo con el pueblo uruguayo toda la emoción fubolera, donde debo apreciar que fue una linda experiencia. Me sentí como en casa cuando gritaban y puteaban por "La celeste". Esta nota, la escribí para un diario de mi pueblo, desde el barrio de Buceo.
Niño montevideano pintado de la celeste. |
Estaba en Buceo, un barrio de Montevideo,
Uruguay. El viento húmedo del
Río me acariciaba el rostro mientras escribía sentada en un banco de
madera, ubicado junto a la puerta de la
vivienda de una vieja casona perteneciente
a una familia judía. Allí el sol de otoño me recargaba de tibieza y energizaba
la fría mañana. Me hospedaba Laura, una
hermana Montevideana, pero una mujer más
de las que solo al mundo pertenecen en
este andar de viajeras. Hace unos meses
rumbeo con mi caracol andante, nombre de
mi mochila, camino a donde la Luna nos va llevando por Latinoamerica.
Pensaba en los modismos del
lenguaje y como se rompen las reglas gramaticales cuando uno viaja. Sobre todo,
en como un viajero enriquece su universo discursivo incorporando
palabras nuevas. El modismo del lenguaje
delata cuando uno juega de
visitante y tiene que aprender a usar
palabras que hasta quizá utilizaría en
un contexto diferente en su país. Si en M.
Acosta te digo, “Vamo arriba vo” y no estás
en el suelo producto de un tropezón, es difícil que comprendas de qué te estoy
hablando.
Ofrendas a Iemanjá, Rambla de Buceo. |
Últimamente Montevideo se ha convertido en la pequeña Ámsterdam sudamericana, a donde llegan turistas de todas partes con el afán de comprar cannabis y algunos hasta buscar un lugar donde vivir con fines de cultivo. Recientemente se legalizó el cultivo y tenencia de Marihuana, casi uno de los tópicos más destacados de las conversaciones entre viajeros.
Plaza Independecia , Montevideo centro |
La linda ciudad, es pequeña y
fácil de recorrer. Uno no puede perderse
de un atardecer en la Rambla, una torta frita en el Parque Rodó, tomar un vino en el Mercado de Puertos. Allí se pueden encontrar centros culturales, como lo es “La vieja telita” , un lugar mágico,
donde Gabriel , su anfitrión realiza esculturas musicales que parecen llegar de
otro planeta a su manos, realizados con materiales reciclados, dando lugar a
piezas únicas. Un teatro de arquitectura
neoclasista, en el corazón del centro, es el teatro
Solís, bellísimo templo del arte construido en 1856. Si de música se trata, hay
que ir al Barrio Sur a ver el toque de Candombe los días Domingos.
Candombe , Barrio Buceo |
Es la música
representativa del país. En la ciudad, hay un toque por barrio donde siempre intervienen tres
tambores; chico, piano y repique. Se trata de un ritmó afro
descendiente que llegó al país hace más de 200 años y actualmente es considerado
Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad.
Feria Tristán Narvaja |
Otro atractivo para conocer la cultura uruguaya es ir los fines de semana a la feria “Tristán Narvaja”. Allí se puede encontrar antigüedades como cámaras
de foto de siglo pasado, objetos de bronce, muebles, también un mercado de
alimentos sueltos, libros, discos, artesanías, infinidad de cosas en más de
diez cuadras de feria. Viajar me da la
posibilidad de reconocerme a mi misma y de conocer costumbres,
estilos de vida en diversos
contextos, y hasta personas maravillosas que parecen dispuestas en el
camino, como por un orden cósmico obstinado en marcar sincronías. …
Parque Rodó |
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