Viajar transforma el ser. Transmuta los miedos en amor. A mí me cambió. A lo largo de viajes que hice por Argentina encontré muchos maestros en el camino. En estos diez meses que llevo viajando por Sudamérica también, encontré niños, ancianos, jóvenes que sin importar me conocieran, ni condición social o credo, ellos me dejaron un mensaje. Así conocí grandes maestros, que me entregaron mantras, conocimientos sobre la naturaleza. Conocimientos sobre el ser. Sobre la vida, lo sencillo y complejo de vivir. Hoy, que apenas he caminado una parte de este gran camino , puedo decir que lo que late en mi corazón por viajar es una fuerza que desconozco. Que impulsa una especie de búsqueda hacia un algo que aún, no he comprendido. Pero que me hace sentir quien soy. Esa fuerza es mágica. Esa fuerza hace que sea posible vivir. Esa fuerza me educa, me sana y me mantiene firme en mi camino. Esa fuerza se multiplica a través de las personas y experiencias que conozco viajando. De las miradas, de los gestos de amor y las cosas que suceden que cambian los rumbos, los caminos, sin ser a drede, sino por un motivo que al terminar de comprender el motivo te das cuenta de porqué.
Quiero compartir un momento que para mí fue mágico. Hoy,
tocaba el Hanga en una vereda de la
ciudad de Bucaramanga,Colombia, frente a un supermercado donde infinidades de personas
compran infinidades de cosas inservibles. Y otras muchas compran lo necesario
para sobrevivir.
Me inspiré en los movimientos, las miradas, esos mensajes
amorosos de los niños y sus curiosidades.
En las personas que alientan a vivir viajando , que confían y regalan
fuerza. Me inspiré en las caricias del universo. En el cariño que se recibe de
quienes esperaba encontrar.
En un momento apareció un hombre mayor, de unos sesenta años
creo. Ese hombre parecía conocerme de antes, en sus palabras se traducía un
conocimiento especial sobre El Ser. Ese hombre me conocía en la intimidad.
Porque conocía mis sentimientos y pensamientos. Intuí que hasta podía leer en
mis palabras todo sobre mí. Sobre mi pasado, mi presente.
Esta tarde salí y observé la naturaleza, observé lo que
llamo universo en las manifestaciones de su existencia que me rodeaban. Hice una
pregunta.
Y horas más tarde, el señor Gabriel, me trajo la respuesta.
Tan solo me tomo de la mano y me miro a los ojos, sabiendo mis preguntas sin siquiera necesidad de formularlas..respondió.
-Tú, eres un Ser Libre, valora tu libertad, sigue el camino
hasta llegar a dónde debes.
Se fue dejándome una página web para que visite. Se fue, entró al supermercado y nunca salió, o
nunca lo vi…pero, no volvió.
Para mí Gabriel, fue una respuesta del universo. Y me dijo unas cosas más que me las reservo a este
aprendizaje. No voy a olvidar esa
mirada. No voy a olvidar ese mensaje. Ese maestro visionario , brujo…mágico.
GRACIAS UNIVERSO
.