sábado, 31 de enero de 2015

MAGIA

Foto: "En el camino", el pequeño Raqui, en
Monte Samai, Cundinamarca...
                

 
Viajar transforma el ser. Transmuta los miedos en amor.  A mí me cambió. A lo largo de viajes que hice por Argentina encontré muchos maestros en el camino. En estos diez meses que llevo viajando por Sudamérica también, encontré niños, ancianos, jóvenes que sin importar me conocieran, ni condición social o credo, ellos me dejaron un mensaje. Así conocí grandes maestros, que me entregaron mantras, conocimientos sobre la naturaleza. Conocimientos sobre el ser. Sobre la vida, lo sencillo y complejo de vivir. Hoy, que apenas he caminado una parte de este gran camino ,  puedo decir que lo que late en mi corazón por viajar es una fuerza que desconozco.  Que impulsa una especie de búsqueda hacia un algo que aún, no he comprendido. Pero que me hace sentir quien soy. Esa fuerza es mágica. Esa fuerza hace que sea posible vivir. Esa fuerza me educa, me sana y me mantiene firme en mi camino. Esa fuerza  se multiplica a través de las personas y experiencias que conozco viajando. De las miradas, de los gestos de amor y las cosas que suceden que cambian los rumbos, los caminos, sin ser a drede, sino por un motivo que al terminar de comprender el motivo te das cuenta de porqué.
Quiero compartir un momento que para mí fue mágico. Hoy, tocaba el Hanga en una vereda  de la ciudad de Bucaramanga,Colombia,  frente a un supermercado donde infinidades de personas compran infinidades de cosas inservibles. Y otras muchas compran lo necesario para sobrevivir.
Me inspiré en los movimientos, las miradas, esos mensajes amorosos de los niños y sus curiosidades.  En las personas que alientan a vivir viajando , que confían y regalan fuerza. Me inspiré en las caricias del universo. En el cariño que se recibe de quienes esperaba encontrar.
En un momento apareció un hombre mayor, de unos sesenta años creo. Ese hombre parecía conocerme de antes, en sus palabras se traducía un conocimiento especial sobre El Ser. Ese hombre me conocía en la intimidad. Porque conocía mis sentimientos y pensamientos. Intuí que hasta podía leer en mis palabras todo sobre mí. Sobre mi pasado, mi presente.
Esta tarde salí y observé la naturaleza, observé lo que llamo universo en las manifestaciones de su existencia que me rodeaban. Hice una pregunta.
Y horas más tarde,  el señor Gabriel, me trajo la respuesta.
Tan solo me tomo de la mano y me miro a los ojos, sabiendo mis preguntas sin siquiera necesidad de formularlas..respondió.
-Tú, eres un Ser Libre, valora tu libertad, sigue el camino hasta llegar a dónde debes.
Se fue dejándome una página web para que visite.  Se fue, entró al supermercado y nunca salió, o nunca lo vi…pero, no volvió.

Para mí Gabriel, fue una respuesta del universo.  Y me dijo unas cosas más que me las reservo a este aprendizaje.  No voy a olvidar esa mirada. No voy a olvidar ese mensaje. Ese maestro visionario , brujo…mágico. 
GRACIAS UNIVERSO
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sábado, 10 de enero de 2015

Velas encendidas

El 8 de Diciembre se llenó de gente el portal de la 170 en Bogotá. Todos ibamos rumbo a Villa de Leyva. Fue difícil llegar, había un embotellamiento en el puente de Sogamoso, ya que las luces que había en este lugar, demoraba a los visitantes. 
Lo que sucedió es que se festejaba el día de las velitas. Una tradición que se extiende por toda Colombia desde 1986 donde miles de personas hacen homenaje a la Virgen María. Los pobladores me contaron que, para la tradición Católica,  las velitas significan la luz de la Virgen María y las velas con las que llegaban los peregrinos el día del nacimiento de Jesús.
El festejo se hace en todo el país y con el comienzan los festejos navideños del mes de Diciembre. En Colombia todos los pueblos decoran con luces las plazas principales y hacen fuegos artificiales. Otros hacen fiestas donde predomina la música tradicional de cada región.
Lo cierto es que este día Villa de Leyva se convirtió en una gran fiesta con cerveza y guarapo como protagonistas,  desde la mañana el pueblo empezó a llenarse de gente y en la noche explotó el baile.

Villa de Leyva es un pueblo de Boyacá por el cual uno no puede dejar de pasar  si viene a Colombia. Fundada en 1572 conserva  una arquitectura colonial, tapias  de adobe p, calles de piedra y la típica construcción de los barrios coloniales hechos por españoles.  La plaza central es gigante,  las casonas alrededor y todas las calles empedradas son hermosas.  Es uno de los pueblos más bonitos de Colombia. 
Estoy agradecida de haber estado en este lugar, sobre todo con la familia de la charcutería Lomos, que sabiendo que soy vegetariana...se coparon! jaja. Gracias a Laurita, Maria Teresa y Jorge. También a todo el parche del camping que sin ellos, no hubiera sido tan divertido.