jueves, 21 de mayo de 2015

CURIOSA TARDE EN PANAMÁ


       Aunque  camine muchas veces por las misma calles , el paisaje nunca es el mismo. Como cada día que es distinto, viajando descubro en cada rincón algo nuevo para ver , cosas diferente a diario.  Curiosidades que me llaman la atención.
    
    Fue al anochecer, caminaba por el casco viejo en Panamá para salir a  tocar el Hanga,  la manera en que financio este  viaje haciendo algo que me gusta. Caminando percibí  que en la Plaza de la Catedral había una reunión de personas sentadas en  círculo en el gazebo, entonces me acerqué a ellos. Lo cierto es que eran vecinos que estaban allí reunidos por un motivo particular;  los iban a desalojar de sus casas. Alguien compraría sus edificios  para construir en su lugar quien sabe que hotel o negocio para el turismo, la intendencia ya les tenía preparado un lugar separado del barrio donde se criaron sus varias generaciones.   Cuando los escuché se me hizo un nudo en la garganta, comprendo que hay personas que quieren permanecer en un lugar, después de todo viajar no sería lo mismo sin ellos.
   -¿Cómo veríamos las costumbres los peregrinos si  no fuera por los que permanecen en un lugar? ¿Quiénes harían la historia de un lugar?
Casco Antiguo, Panama City
     Cuando terminé de tocar para ellos,  fui a tocar para las personas que estaban cenando  en las mesas de la plaza . La plaza es completamente cemento y tiene unos sectores donde hay plantas cercados por medianeras de reja.   Me senté e hice mi presentación como siempre. Cuando detrás de mí,  aparece un hombre joven entre los pastos de la plazoleta, parecía buscar algo.  Me sorprendió su presencia entre las plantas.
   Entonces salí de esa plaza para ir la otra y retomando el toque, otra vez el hombre entre los pastizales aparecía detrás de mí y nuevamente misterioso.  Soy curiosa, entonces cuando terminé le pregunté en broma;
   -¿Me está siguiendo?
   –Estoy buscando los huevos dorados. Contestó.
   Honestamente me dio mucha risa pero mayor curiosidad; ¿Qué huevos son y para qué? Le pregunté.
-“Son una promoción de una empresa que a las cinco de la tarde anunciaron que escondieron huevos en las plazas del casco histórico con premios de hasta cien dólares…y días gratis en una isla, un hotel cinco estrellas…”
     Mire a mi alrededor y ampliando la visión observé cantidad de buscadores de huevos. Hombres, mujeres y niños, todos jugaban a buscar. Caso curioso para los amantes de teorías conspirativas.
   -“Buscamos los huevos y aprovechamos a hacer deporte caminando” Dice un buscador que se acercó a hablar cuando ya el tema de los huevos era eje central de una conversación entre viajeros músicos que trabajábamos en el lugar.
    Mientras unos desesperados buscadores de huevos espantaban a los gatos,  manipulaban las plantas, las estatuillas , subían a los árboles y pisaban todo el césped de las plazas , tal adulto jugando un juego de niños,  una convención de neurólogos se llevaba a cabo en uno de los restaurantes más lujosos del viejo casco.
   -“No saludan a nadie” Decían los músicos.
  Qué extraña convención  - ¿neurólogos que no saludan?. Está bien, cada quien se le dé la gana saludar o no, pero…en una mesa  con una veintena de personas, todos científicos y que ninguno sepa decir, HOLA. Por cordialidad…¿Es raro no?  ¿Serán maleducados quienes después se ocupan del funcionamiento de las neuronas en un hospital? ¿O será que las neuronas no les funcionaban? Cosas raras tiene el camino…
    Los días pasaron. Los neurólogos, aunque rodeados de gente, nunca supieron del caso de los buscadores de huevos, ni los buscadores fijaron su atención a la junta vecinal, tampoco los neurólogos. Quizás un viajero, quizás un abogado de derechos humanos. Ojalá.
  Curioso es que como en el viaje, todo constela…una semana después en un supermercado  el protagonista buscador de huevos me reconoció y se acercó para saludarme…entonces le pregunté cuánto había ganado buscando huevos…
-Una suma importante, me dijo.

 El mundo del revés es un hecho María Elena.