miércoles, 18 de noviembre de 2015

Gracias Panamá


     Irremediablemente el destino elige por mí lo que yo no puedo elegir por él, me lleva por lugares y también por personas. Me pasea por profundos ríos de conocimientos que dejo guardado en la memoria, otros los apunto y otros, pocos, pero trato…de contártelos.

   Si cierro los ojos Panamá es un río caudaloso lleno de rocas grises.  Una señora que mueve su pollera abanicándola al  son del tambor . Los rostros ancestrales de los Gnobe y Guna , cargados de misterios...Es un atardecer junto al mar… Es la sonrisa de las personas lindas que conocí a cada momento en sus calles.  Si pienso en sus miserias, es la cantidad de plástico que MATA TANTO y el gris desenlace que contamina esos mismos ríos.

   Fueron varios meses en Panamá, más de lo que esperaba.  Desde que salí de Buenos Aires que no puedo planear estadías. Que soy fácil de llevar por la corriente del presente.  No obstante intento, establecer ciertos parámetros de tiempo conmigo misma, no obstante, intento.
Aprendí tanto en este país.  Abro las páginas de mi diario de viaje y  siento que me reflejo en Siddhartha  que no sabía nada de la vida antes de salir de entre  los brahmanes .      Siento que esta bifurcación entre Centro América y Sudamérica se siente mucho, en todo aspecto, cultural y en mi vida de viajera lo fue como un purgatorio, donde estuve para conocer y conocerme. Conocí personas tan amables y tan crueles al mismo tiempo…para saber lo amable y lo cruel que puedo ser también.
    Viví experiencias increíbles desde tener 55 alumnos para un taller de siembra de  árboles hasta,  el pánico de  Macho del Monte  (Chiriquí) , donde casi me quedo en el río, pero estaban ellos para ayudarme,  Odir, Flora , Graciano…especialmente Odir que fue quien me tendíó la mano.  Nunca voy a olvidarme ese día, el río, la lluvia y el miedo que tenía que enfrentar….cruzar en una altura que temí, un camino que no podía cancherear…después salir, correr en el agua…
    Panamá me mostró gente hermosa , gente solidaria como todo este viaje , “Angeles terrestres”. Estoy agradecida a todas las personas que me brindaron un hogar sin interés , con holgura y confianza. En Panamá City, al primo Jorge, a Elisabeth y Adrián,  gracias eternas…  En Valle de Antón al Sr. Ariel , por brindarme la Casita de Don Daniel, hostal , casona bellísima y natural. En   Chiriquí donde salté el mapa, a Fatima, Tete  y Odir por brindarme las ceremonias de Temazcal , tan purificadoras… A Graciano por  ser el Chamán en esta nave, por guiarme cuando lo necesité, para aclarar. GRACIAS. Especialmente gracias a  la Sra Olinca , por ayudarme tanto, sin peros, brindarme las llaves de su casa, un plato de comida , un techo, ayudarme para salir del país , llevarme de paseo  con Alberto (su novio Argentino) aún cuando sólo iba al restaruante donde ella trabaja a tocar o a vender postales. Sin conocerme… Infinitamente agradecida…y honestamente feliz que te quedes con el Hang. Las personas que confían así en un viajero  son increíbles, me tomo el atrevimiento de decir de parte de todos que esperamos que la vida les dé el doble de todo lo bueno que dieron y piden.   No había tenido una tía desde que salí de Bogotá en Colombia, estoy infinitamente agradecida a ellos. 

Olinca (mi tía panameña) 
También estoy agradecida a quienes  me enseñaron que no todos son buenas personas, Me hicieron reflexionar, para aprender de ellos , para correrme de ese lugar en el momento que debía.    Me enseñaron a que debo ser prudente…y nunca ser desconfiada, sino saber en quién confiar. Cuando decir, cuando no,  que cosas valen en esta vida,  reforzar las ideas para lograr objetivos posibles. No guardo rencor, pero no me agradaron. Y me encanta poder decirlo, nadie tiene porque agradarle a todos, ni nadie hacerlo para agradar. NO me interesa agradar. ..ni empezar con clichés para caerle a nadie. Me encanta decir lo que pienso, sin poner nombres ni apellidos,  ni organizaciones no gubernamentales o  Círculos Cerrados,  que se deslumbran con el amor y la humildad de un viajero, y son eso, una porción de apariencias de amor. Me encantó conocerlxs. 


    Gracias a todas las personas que todos los días dejaron su propina por el teatro callejero, por la música, por las fotos postales, por las changas. A todos los viajeros que conocí en Colombia y volvía a ver, a Claudio , Emi, Mariano , Gastón.      Y qué bonito que acá hice una gran hermana y amiga,…Flora, que se que nos vamos  a encontrar pronto hermana… también por las veces que sonamos juntos Nico y Andre por el Aguante!!  GRACIAS , se que el camino también nos va a encontrar otra vez.
Entre todos hacen posible que siga viajando, este sueño, esta manera de vivir que tiene como finalidad, porque todos me preguntan siempre…escribir mi propia historia. GRACIAS DAVID, POR TANTO CARIÑO DE TU GENTE CHIRICANA, NO QUIERO EXAGERAR PERO LA GENTE CHIRICANA ES LA GENTE MAS LINDA DE PANAMÁ.

Hasta pronto… 

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sobre La Enfermedad viajando.



“Resistir determina no resistir” (Tao Te Kin)


RESISTIR
          A miles de kilómetros de mi familia, estuve enferma ,  todo empezó con un dolor en el pecho y después con síntomas de infección pulmonar. Escupí hasta los calambres por la boca y volé en los sueños, pero de la  fiebre. Me retorcí sin poder respirar y pensé que era el fin. No podía creer estar asustada y tener miedo de morirme. Quedarme sin aire , ahogarme. Sentir todo mi cuerpo languidecer ante el menor impulso de voluntad.  Hablar con mi otro yo para decirle “animo hay que seguir viaje”.  Sin embargo para  ese momento,  tuve un abrazo, cálido, tal vez efímero, pero necesario ante la palidez de la vida.
        Pero ante todo,  note que  en la enfermedad se juega que todos somos vulnerables.
Dos semanas después sané. Cambie de hostal, cambie de clima y recordé que cuando algo me ahoga es que debo escucharme.  Necesitaba el frío, respirar y dejar hasta los vicios de fumar cada tanto  por las habitaciones durante las noches. .. una vez más, desapego.  Soledad.  Reconocer que la enfermedad traía un mensaje. Que sin abrazo, esta vez,  había que salir adelante igual.



NO RESISTIR
          Pero regresé al clima caluroso y volví a enfermarme. Atrape la pandemia de otros viajeros. …estar con viajeros es contagiarse hasta las enfermedades. Convivir entre viajeros es  para eso, sobre todo si las condiciones higiénicas de un lugar ameritan estar expuestos. Que por ser blanca, que por ser vegetariana. ..Que por compartir. Que por asistir al enfermo cuando estuvo en mi lugar ... al final cuando las cosas son parte del pasado se vuelven objetivas, pero en el mientras tanto somos  culpables ante los jueces de la vida cotidiana.
         Entonces  padecí otra vez, otras infecciones que prefiero no nombrar, por lo asqueroso de su descripción…Padecí otra vez , en los pasillos del hospital. Dejando atrás mi ego, mi creencia de que podía sanarme con tés , que tal vez sí, pero el caso era grave y contagioso. Estuve rogando atención…necesitaba atención y esa era la base de todos mis síntomas. ATENCIÓN, MAS CONOCIDO COMO MIMOS. COMO MAMÁ Y PAPÁ CUANDO ERA CHICA.  Pero no los tenía, no tenía mis amigxs de toda la vida, no tenía ni al Gatito y a los perros.  Estuve sola, y  todo a mi alrededor  me  causaba  ira, me daba creer que todos son CARETAS que hablan de Dios,  del amor, del compañerismo, de los seres de luz…blablablá “En la cancha de ven los pingos”. Era el pingo más débil del juego.  Y todos los pingos son eso, solo  pingos que juegan como yo.  No podía exigir. 
     Tuve que   Curtirme ante la soledad. Aprender. Retorcerme de dolor, liberar la ira que llamo “mal de Flanders”. (Sí , por el capítulo de los Simpsons donde Flanders se cansó de ser bueno) y reconocerme débil, caprichosa,  culpable. Tan boluda que viajar me curtió para compartir , pero esta vez no compartí el dolor. Es que el dolor no se comparte, se siente y ya. Eso es todo.  Se padece, se reflexiona sobre las personas de carne y hueso y sobre la carne…la débil carne que nos cubre el cuerpo. 
     Entonces pensé en todas las personas que padecen , en todos los que están solos en el mundo, realmente solos…y les cortan una pierna, tienen SIDA,  viven una mala enfermedad que los deja en la peor calamidad, o no tienen siquiera asistencia médica, conocimiento medicinal  o no pueden levantarse para ello. Y me acordé de Ioshua, un poeta de mi barrio que murió en combate con la enfermedad, bien claro en Combate. Pero la enfermedad no lo venció, se hicieron lo mismo... Siempre pienso en lo “positivo”. Esta vez fue necesario pensar en lo "negativo". En el  OTRO que existe. En el OTRO PEOR QUE YO, realmente.  En el que padece enfermedades terminales rogándole al estado por una cura.
    Y  me tocó padecer las agujas y  retorcerme de dolor paseando por un hospital , para encontrarme con eso, con el miedo a la muerte.  Para ser vulnerable  y dejar de ser  la víctima  para ser victimario de mi propia enfermedad , y ver que si no encontraba la cuchara de madera que tenía delante de mis ojos, era porque no estaba mirando el mundo que me rodeaba…..era porque algo del camino correcto no era correcto.  Y una vez más la enfermedad, como camino….mostrandome que soy YO quien determina  sanar o enfermarse. Que la infección era una sobrecarga que mi cuerpo ya debía expulsar.     Hoy puedo sentir que las cosas cambiaron, que cambié y me siento mejor…que no voy a abandonar el camino viajando...NO, rendirse ante mi, no ante el camino del destino. 
    Siguiendo el gran libro de  THORWALD DETHLEFSEN y RÜDIGER DAHLKE  (La enfermedad como camino) . Es bueno enfermarse, porque aquel ser humano que se cree sano no considera la totalidad de la que está hecha el cuerpo,  no considera que debe haber oscuridad para que haya luz, que debe haber enfermedad para que haya cura, pero en todo caso, la totalidad determina que son lo mismo. Que al fin al cabo, todo es parte de este camino.   
Sacarme la careta de guardar la ira cuando algo me duele, mostrarme enferma ante mí misma, dejar de de esconderme de mi debilidad me enseño a superarme. A saber que mis inclinaciones no se disfrazan de Ideología….  *
PAOLA VIAJERA.


*sobre la cita de Herman Hesse en el libro mencionado en el texto. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

Un hogar, magia y naturaleza en el Valle de Antón (Panamá)

         Llegué al Valle gracias a Gastón, un amigo viajero también Argentino y del Oeste de BS AS,   gran persona con quien compartimos un momento del viaje  y me anime a salir a cantar juntos, y debo decir que fue con quien aprendí muchísimo de música y sigo aprendiendo de todas las clases!!  Y siempre voy a decirle gracias por  la canción de Gilda “No es mi despedida” jajá…pero eso es otra  historia.  A lo que iba es que él mismo fue quien me recomendó al hostal “La Casita de Don Daniel”  para trabajar un tiempo y conocer el lugar. Así fue que como siempre el camino  me llevó a un sitio bonito para vivir, estar, sentir…Siempre agradecida a Don Ariel, Edilma y Gastón por el sitio.
      El Valle de Antón es un lugar mágico, ubicado en la provincia de Coclé, Panamá. Bonito por donde lo mires…cada mañana en el Valle disfrute de  ver como las nubes abrazan los selváticos cerros. Curiosamente el Valle queda en el cráter de un volcán inactivo, estás  adentro de un volcán pero no se…no te das cuenta, lleno de árboles de variadas especies como el Espavé, Guayacán, árboles Rojos, Guavita Cansabocas, Cocobolo, especies medicinales como el Guandú , Moringa y mucho más. Para mí algo bonito del Valle fue encontrar tantos Manglares, poder caminar por sus calles y recoger frutos de mango sin que nadie me lo negara, ir comiendo frutas y sentarme en cualquier acequia a disfrutarlo.

    En la Casita de Don Daniel me encargue de recibir, buscar huéspedes y hacer una que otra colaboración en el lugar . Estuve  dos meses…
Viajando siempre hay algún lugar para hacer voluntariado. Les cuento que es  un sitio excelente para estar tranquilo, con instrumentos musicales, una piscina natural donde uno puede bañarse , (estoy hablando del Río mismo ….) Arboles de Mango, Mandarinas, huerta, árboles y plantas medicinales que gracias a Edilma, quien vive en el Valle y trabaja en La Casita, aprendí a reconocer. Con ella aprendí las virtudes del Guandú, Salvia y muchas otras especies del lugar que junto a su familia, descendientes de indígenas ella usa como medicina.  La Casita de Don Daniel es un lugar de relajo, tiene cocina, baños con agua caliente, sala de terapias alternativas, instrumentos para Freestyle musical cuando hay viajeros que se quedan. Tiene camping, cómodas camas, habitaciones amplias y familiares o no….Para quienes vayan que lean esta nota, les cuento que además queda a media cuadra de la Piedra Pintada y el principal atractivo turístico del Valle, el camino a la Cabeza de la India y el chorro del Macho.  Y que el hospedaje es económico, el trato excelente. Su dueño, el Sr. Ariel Blanco, músico compositor e intérprete , siempre se pone a cantar y contar historias interesante.
Mucho para conocer en el Valle de Antón y para recorrer….Parte de este viaje por Panamá me la pasé en el Valle de Antón.  Recorriendo sus paisajes tal cual  Alicia en el país de las maravillas…y también aprendí mucho sobre las personas. Algo que quiero destacar es que en el Valle de Antón vive gran parte de la gente más rica de Panamá y a mi apreciación es horrible ver como dividen la misa del domingo y sábado. Hay misa para ricos y misa para pobres. Puedo ser muy criticada por decir esto, pero la realidad es que de la clase alta del Valle no aprendí sino a que son muy egoístas con la gente del pueblo, que la mayoría tienen fincas y ponen a trabajar a los lugareños con sueldos poco cómodos para sobrevivir....poca hospitalidad he recibido como viajera por parte de los que más tienen ingresos, estando más de un mes allí la gente humilde, el Sr, Ariel Blanco y los pobladores fueron de quienes aprendí mucho y recibií medicina natural, alivio para cuando sufrí un accidente con mordeduras de perros y compañía familiar...inolvidable. De una experiencia poco agradable, pero vale contarla, fue trabajar para una señora muy rica y que no me pague, obviamente es rica en dinero, pero carece de corazón. 
De eso hay de todo viajando...