miércoles, 11 de febrero de 2015

Nieve en Colombia

Colombia es un país muy grande,  hermoso para viajar. Humedales, páramo, selva, ríos, sabana, llanura, bosques andinos, playas…pff! Qué decir de Colombia? –Amo Colombia, estoy feliz de conocer esta tierra hermosa.
Nevado del Cocuy (PNN El Cocuy)




Guicán centro
   Sobre  la cordillera Oriental, al noroeste de Boyacá,  se ubican los municipios de Soatá, Boavita, La Uvita, Guacamayas, Panqueba, San Ignacio, San Mateo, Guicán , entre otros. La ruta es increíble, fue uno de los caminos más bonitos que hasta ahora he visto en Colombia. Lamentablemente la batería de mi cámara rindió solo para hacer pocas fotos en el Nevado. Pero me atrevo a describirla como un paisaje de cuentos…una ruta mágica. Gamas de verdes en toda la vegetación, montañas de piedra, otras cubiertas de bosques de clima frío,  casas con sus jardínes llenos de coloridas flores. Lugar de tierra fértil, donde viven campesinos rodeados de ríos. Hasta termales tienen. 

    Para llegar partimos  desde Sogamoso a Boavita en bus. Justo el pueblo estaba de fiesta.  Allí nos hospedamos una noche y dejamos nuestras cosas en la hostería de una familia hasta regresar. Hicimos dedo hasta Guicán de las sierras. Nos levantó una pareja que viajaban en  auto y luego una familia, donde viajaban docentes de Guicán de la Sierra, hasta con un perro. Nos sorprendió que cuando llegamos al pueblo, el dueño del auto nos pidió algo así como 50 pesos Arg. ( casi 5 dólares). La verdad me asombró esa actitud, como mochilera fue la primer vez que me pidieron plata por acercarme a un lugar y mucho menos así;  esperó hasta último momento para decirlo...

Lo cierto, es que como tengo fé en el Universo que todo lo hace perfectamente, lo deje ser. Confié porque todo sucede por algo y así tenía que ser. Le entregué esa plata y me quedé sin un peso en mi billetera, Daniel tenía apenas para entrar al parque, y bueno, estábamos en pelotas pero no importaba, íbamos a entrar igual.
Una familia en Guicán de las Sierras
    Llegamos al atardecer, por cierto hermoso…preguntamos  a una familia para pasar la noche en un terreno baldío que vimos en el pueblo, cerca de la oficina donde hay que pagar el “seguro” para entrar…y  tocaba levantarse bien temprano para arrancar la caminata. Pero la familia, contentos con la llegada de dos caminantes, nos brindaron un tinto con palomitas de maíz…(café con pochoclos). Y nos pusimos a charlar….finalmente hasta nos brindaron una cama muy cómoda para dormir en su casa. La verdad estoy agradecida a la familia Ibañez,  a Jesús, Flor, Chepe, Luzmaria, Chuchín, por adoptarnos unos días. Por abrir sus puertas y contarnos sobre sus vidas, hacernos reír. Ayudarnos tanto , tanto como lo hicieron…

Sendero 
SI algo amo de viajar, es poder tener contacto con las personas de un pueblo…y vivir esa magia de la solidaridad entre personas. Desde que empecé mis primeros viajes que pude tener la suerte de vivir estas experiencias.
En Guicán de las Sierras hay una oficina donde es obligatorio pagar un seguro de vida y la entrada al trekking. Esto cuesta caro, unos 7 mil pesos por persona aprox. Y la entrada 50 mil para extranjeros…Claramente no teníamos más que para el seguro de los dos . Hablamos con los encargados del momento y les pedimos si nos podían colaborar…que no viajamos con más dinero que el necesario para comer y lo hacíamos “parchando música en los buses, en las veredas,  plazas, bares.etc..”  Que además veníamos recorriendo Sudamérica...Por suerte luego de hablar un rato con ellos , debatiendo ciertos asuntos burocráticos de las empresas que solo lucran con un lugar  y  charlando sobre los humanos que estamos en la tierra para conocerla, para adorarla..etc…Nos dejaron entrar pagando el mínimo de una entrada para residente estudiantil por los dos. Se coparon.
Lagunas en el PNN El Cocuy-Colombia
      Seguimos dedo y  casi cuatro horas de esperar en una carretera de tierra y donde no pasaban autos…pasó una camioneta tipo jeep y nos llevó hasta el principio de la caminata. En la cabaña, conocimos a Rosita y Daniel. Quienes nos invitaron una sopa para arrancar el sendero. Y entonces empezamos a caminar hasta el camping de la montaña…
PNN El Cocuy. (parte del Ritacuba Blanco)
      Para llegar al parque nacional natural El Cocuy, hay que llegar primero a “Las Cabañas” donde hay un restaurante y hospedaje.  Nosotros hicimos la ruta de 18km desde Guicán. En el pueblo hay camionetas que te llevan, o podes hacer dedo ( auto stop) , como nosotros. Desde las cabañas hasta “ver nieve” hay un trekk  de cinco a seis horas en subida. Para mí fue costosa, me faltó el aire, me sentía rendida…pero tenía que llegar! Y con la ayuda de Dani siempre fue más fácil. El parque es gigante. Se puede hacer un campamento de seis días para recorrer o más. Para ver, el Ritacúba Blanco (5.330msnm) , Ritacuba Negro, Pico Pan de Azúcar, Pico Puntiagudo, El Púlpito del diablo y otros.  El camino que hicimos es hermoso, lleno de frailejones, pajonales,  ríos, por momentos tapados de nubes . El PNN cuenta con selva húmeda, páramo, bosques de niebla, nieve!
Laguna Negra
Nosotros decidimos acampar una noche. Recomiendo, que lleven ropa térmica, gorro, medias bien abrigadas, cocina de camping, una carpa térmica, (que yo no tenía) una carpa que se la banque. Panela, alimentos energizantes, frutas.. La noche en el lugar es increíble. Estar sobre las nubes y que el cielo se despeje para ver las estrellas fugaces no tiene precio. En cuanto a llevar agua, es necesario tener una botella dónde cargar, porque en el parque se puede tomar del agua pura que sale de los glaciares del lugar…es tan rica y purificadora.

Iglesia en la pza cenral de "Guavita".

Guicán de las sierras





Instante de Meditación.






VIDEO!!!! ; En el Nevado del Cocuy


Nota; en Guicán vive una comunidad de Indígenas , los Uwa. Cuando uno ingresa al pueblo se encuentra con una escultura donde se ve una mujer arrojando a un niño. Que hace referencia al  peñón que lo llaman “peñón de los muertos” lugar donde mujeres, hombres y niños Uwa dejaron su vida para no rendirse al sometimiento de los colonizadores . Tuve el honor de poder charlar con una mujer Uwa en el bus que tomamos para bajar, (luego de unos km de pie, pero no hubo para hacer dedo). Ella me contó que llevaba dos días caminando, venía de detrás de la montaña del Nevado. Me contó que siguen hablando el idioma y que también fueron amenazados por guerrilleros para dejar su territorio. La historia se repite de diferentes maneras, pero ellos siguen resistiendo.  Me quedé pensando, que en  sus ojos negros brillantes se veía una mujer tranquila, conectada a la tierra. Le pregunte como se decía Sol y Luna en Uwa, me dijo Raza y Cigora. 

sábado, 7 de febrero de 2015

Fin de año en Boyacá

Nunca me agradó festejar la navidad. Me pareció siempre un festejo puramente consumista. Pero estando lejos de casa, quería contemplar la posibilidad de escapar de  esa monotonía del comer y comer, para celebrar las cosas buenas de esta fiesta sin caer en nada de lo que acostumbrase. Un refrán dice “a donde fueras haz lo que vieras” y esta vez quería que sea un hecho.
Colectivo Artístico "La chiva", Tibasosa. Boyaca. Foto: C.ALa chiva.
Así fue que Tibasosa (municipio jardín de Boyacá) me esperó para festejar la navidad sin pensar en más que disfrutar.  Y sin pensar en regalos, para darme cuenta una vez más de que el  mejor regalo uno lo encuentra en los gestos de las personas. Gracias a Gabi, un  viajero estadounidense que después de viajar mucho por Sudamérica decidió instalarse en Colombia junto a su familia,  fue que llegué a este destino con ganas de conocer qué se sentía pasar una  fiesta en otro lugar del continente.
Fue increíble lo que encontré.  El 24 el día empezó normal pero a la tarde el desfile del pueblo se hizo notar. Resulta que en Tibasosa todos los años se hace un desfile de  disfraces.  Durante cuatro días seguidos hasta el 24 mismo. Muchas personas arman una comparsa y desfilan varios grupos  con el fin de divertirse y también recibir un premio...
Los Diablos. Foto: CA La chiva.
Nunca imaginé que iba a terminar desfilando…pero La Chiva, un colectivo artístico del lugar me preparó un disfraz de paisana y me invitó a salir con ellos.  En medio de disfraces extraños, como diablos,  unos chicos disfrazados de computadores hechos con cajas de cartón reciclado, otros de cervezas y negros carnabaleros…estábamos nosotros con “el campo si existe” el lema del desfile del colectivo cultural.  Chicha, guarapo y polas (como le dicen a la cerveza) acompañaron todo el desfile mientras bailábamos al compás de música carrangera hasta llegar a la plaza principal del pueblo. Lo bueno fue ganarnos el cuarto puesto que sirvió para festejar el 25 todo el día ya que el premio fue algo de dinero para hacer un almuerzo al día siguiente. 
Lo bonito de Colombia es que para diciembre todos los pueblos se visten de luces decorando las plazas principales con figuras luminosas, hasta calles enteras con pasajes iluminados.  Decoran todo el contorno de las iglesias, los balcones de las casas, los bancos de las plazas y cada pueblo con un diseño diferente pasa a ser de gran expectativa para todo quien se acerque a visitar.

Gaby y quien les escribe. Foto:CA La chiva.
Tota, Tibasosa, Iza, Sogamoso, Guicán, Guavita, Villa de Leyva fueron algunos de los pueblos que pude visitar para estas fechas.  Una fiesta a lo grande se armó el 24 a la noche cuando parte del pueblo salió a bailar salsa y otros ritmos típicos del país que ofrecía una banda en vivo para todos.  Nunca disfruté tanto una fiesta navideña. 
El año nuevo llegó y fuí a la casa de Dani, mi compañero con quien viajamos por Brasil y Colombia, nos reencontramos en Tibasosa y me invitó a Sogamoso, a la casa de Vilma, su mamá.  Una mujer sensible y atenta. Linda persona a quien le agradezco todo lo bueno que hizo por nosotros siempre. Esa noche brindamos con un vino rico rico,  y como la vida de un mochilero no es normal algo extraño tenía que pasar. 
Sucede que Dani invitó a un amigo mochilero que viajó por Sudamérica y estuvo en Uruguay , al mismo tiempo que yo. Ocho meses atrás estando en una ruta Uruguaya rumbo a Maldonado, un camión deja a un mochilero en la misma carretera pero en dirección opuesta. Del otro lado del camino le pregunté de dónde era, él me respondió que era colombiano. Nunca supe su nombre ni nada. Ya que Sergio llegó rápido. Pero tenía dos manzanas, de las cuales una se la ofrecí y aventé en medio de la ruta. Un auto me llevo directo a mi destino...el hombre que manejaba ese auto, Sergio, era amigo de Nancy, amiga cuya casa era a dónde me dirigía. Y fue una constelación rutera...Pero que tiene que ver esto con el año nuevo? 
Que los meses pasaron. Y que hablando con ese amigo mochilero de Daniel, se me ocurrió preguntarle si cuando estuvo en Uruguay, alguna vez una mochilera le revoleó una manzana...no pienso que sea casualidad. Creo en las causalidades. Ese chico es Alber. Y cuando nos dimos cuenta que miles de Kilómetros más arriba en un lugar que ni estaba planificado un encuentro así, se dió esa magia...eramos nosotros, esos mochileros de la ruta uruguaya los que se emocionaban por tal constelación rutera...
Después de tanta emoción nos entretuvimos un rato viendo los tradicionales augurios de las fiestas colombianas. La gente que quiere viajar corre una vuelta de manzana con maletas...otros comen pasas ..piden deseos. Mi deseo esa noche fue seguir esta ruta, tan maravillosamente como viene aconteciendo. 
Pase unas fiestas super diferentes. Intuyo que fue porque pude conocer un festejo colectivo con sentido comunitario, de las puertas para afuera…comprobar una vez más que cuando la gente se une sucede una magia inigualable. 
Disfraces no tan disfraces. Foto: CA La Chiva.

Este video es sobre el año nuevo y las maletas....



viernes, 6 de febrero de 2015

Páramo de Ocetá

Páramo de Ocetá (foto: Daniel Mendez Cerón)
Un ejército de guardianes del planeta permanece inmóvil resguardando el Páramo de Ocetá. Sin ellos no habría una reserva de agua en el lugar. Sin ellos los primeros habitantes de la zona no habrían podido construir sus casas ni hoy los pájaros harían sus nidos. Firmes ahí algunos de ellos ya  viejos, con más de ciento cincuenta  años…Me siento en un lugar sagrado. Rodeada por guardianes de cabellos suculentos y peludos que se paran sobre una alfombra de musgo…
Son Los señoresFrailejones. Se trata de plantas andinas con flores,  que se dan solo en Colombia, Venezuela y Ecuador,  crecen solamente un centímetro al año y su presencia es sinónimo de reserva de agua.  
Cuando pensaba en Colombia creía que era playa caribe, salsa y mujeres afro descendientes  bailando al compás de la cumbia. Voy descubriendo  más! Dentro de la gran diversidad geográfica  de Colombia existen los páramos. Se trata de un ecosistema intertropical donde predomina una vegetación herbácea. Los suelos de los páramos se ubican entre 3000 y 5000 msnm. Para llegar al páramo de Ocetá fuimos al puebo de Monguí, ubicado en Boyacá, más bien en la provincia de Sugamuxi. Desde el pueblo hay que subir y caminar más de 5km para llegar al clima y vegetación del páramo. 


Guardián. Foto: Daniel Mendez Cerón
La primera noche hacía mucho frío. Pero fue uno de los atardeceres más hermosos que vi en mi corta vida. Antes de que el manto de espesa neblina comenzara a cubrir las montañas, subimos y subimos altura. La verdad me cuesta mucho subir montañas ahora. Antes era ejercicio fácil pero con el tiempo el cuerpo se vuelve mañoso y sentía que me faltaban los pulmones! Pero por suerte estaba Daniel,  que conocía el camino y con tremenda paciencia se bancó  que suba lento.
Lejos había quedado el pueblo. El viento frío nos congelaba las manos y la caída del sol anunciaba el atardecer. Una gama de morado cubría el occidente,  trazado por nubes diagonales de color celeste,  ese cielo no tenía parecidos, ni puedo decir que parecía un cuadro pintado por una mano mágica, porque fue único. Rodeados de montañas el anochecer dejaba ver los contornos de las montañas. Y así apareció un gran guardián, la cara de un indio en una montaña. En Sudamérica ya vi varios, como la cabeza del indio en Bolsón, pero esta vez no había carteles ni senderos para ver algo planificado que ya tenía nombre de “indio” sino que fue un relieve que apareció en el medio de un paisaje donde no había casas ni hombres caminando.
Guardián al atardecer.

Al día siguiente caminamos unos kilómetros hasta llegar a la laguna negra, una laguna sagrada en medio de la montaña la cual se formaba por la naciente de agua proveniente de dos cascadas en una quebrada. Agua pura de páramo, rica y saludable.
Una presencia especial deambuló durante los dos días de acampe. Un venado andino. Lo vimos en dos ocasiones y aunque no podemos decir que fuera el mismo, ya que las distancias del camino nos hicieron pensar que no lo era. Sin embargo a ambos se nos presentó para mirarnos a los ojos y dejarnos maravillados con su presencia. Este animal como los frailejones están en extinción, por la depredación que han sufrido estos últimos años. Los frailejones se ven amenazados por las empresas que extraen minerales de la montaña y arrasan con todo cuanto exista a su alrededor para destruir la montaña. Los venados están desapareciendo por la caza indiscriminada y uso doméstico en granjas.  

Seguiré viajando por Sudamérica, haciendo lo que pueda cuando pueda por trasmitir este mensaje de ayuda al planeta. Que tomemos consciencia y paremos la máquina, el planeta y nosotros somos una unidad, si dañamos a los árboles. Si detonamos las montañas, si contaminamos los ríos, producimos cada día más basura…nos dañamos a nosotros mismos, a nuestra futura familia planetaria. No podemos revertir el daño, pero podemos sembrar árboles, podemos evitar contaminar, reciclar para no producir tanto, ayudar desde el lugar de cada uno. Una semilla es vida…
Laguna Negra 
Lugar donde nace el agua..