martes, 15 de diciembre de 2015

UNA FOTO , UNA HISTORIA


          Bunsi chari zoyai nunuwarunhun nugeri seysey nazuki DUNI ka nazaku, kun nucheichi.                                               Arhuaco (Sierra Nevada de Santa Marta,Colombia)              Soy feliz porque día tras día piensas para lo mejor de mí, gracias Madre Tierra, padres árboles. 




        Soy una mujer que decidió viajar para conocer. Que decidió viajar para cambiar. Para abrir la mente a cosas nuevas. Para vivir momentos inolvidables...para tener hisotorias propias que contarle a mis nietos. Me acompañan la Magia y la Voluntad. Me guía la curiosidad, el eterno goce por contemplar la vida y estar desconforme con la vida rutinaria y alienada... Y así viajo,  lo hago, a mi manera. Filtro por mis ojos y las letras  lo que para mí es apenas descriptible. Por eso entonces me dedico a compartir momentos ...cada tanto, a compartir momentos.
Las palabras que dan introducción a este texto,  me fueron trasmitidas en Taganga, Colombia. Por un niño descendiente de Arhuacos, en el camping de "pocho" por donde pasamos muchos mochileros. 

Paparazzi viajero

      Me sacan fotos otras personas, o me saco fotos (selfies) pocas veces. Esta entrada es para contar que  me  dio vergueza pedirles fotos conmigo a los indígenas que conocí en diferentes lugares entre Colombia y Panamá. Que vivo viendo fotos de viajeros que todo el tiempo están bajo el lente y sin embargo muchas veces por cuestiones de que viajo sola, otras porque no me da la gana no tengo muchas fotos donde este fotografiada. 
Pero el caso es que con los pueblos originarios me siento una boba. Les tengo demasiado respeto que no tomé fotos en momentos muy importantes que compartí, y otros sencillos pero inolvidables. 
 Es cierto que en el caso de tomar una foto es más fácil apretar el disparador disimuladamente que meterse en el lío de tener que pedirla. Pero cuando se trata de estar junto a...una sola vez me animé y  las condiciones se dieron con unas mujeres Ngobe Buglé en David, Panamá. 

Foto x Foto

     Era domingo, paseaba por la ciudad para cazar momentos  y vender  postales si se daba la ocasión.      Y fue que las vi, sentadas contra una persiana de chapa, llevando entre sus ropas algunas bolsas con comida, una botella de gaseosa. Una escena que hablaba por sí sola. Eran dos mujeres de la comunidad Ngobé de Panamá. 
    Entonces me acerqué y  me animé por primera vez a pedirles  una fotografía a personas nativas.  Y fue así que me vieron "gringa" (ya seas sudamericano, o chino, o ..) y después de varios murmullos entre ellas ,  una me contestó y  me pidió plata. Apenas hablaba el español. Pero me dijo "gringa
cinco dolar".
   Y es claro que no viajo de turista. Me costó mucho explicarles como sobrevivía. Pero entonces solo tenía una  sonrisa. Y el recurso de tratar de hacer de ese momento algo divertido...explicarles que se puede sobrevivir viajando sin dinero acumulado. Que viajo como mochilera cruzando lugares sin planes...
   Les conté que quería una fotografía de ellas para tener en un álbum de fotos
que llevo por todas partes. En ese momento tenía en mi mochila un álbum de POstales VIajeras, desde Argentina hasta Panamá, se los enseñé y les conté  que andaba vendiendo a un dólar o a voluntad, que vean que no chamuyaba. 
   Ellas estaban sentadas en la calle, pidiendo monedas con vasos de tergopol en la mano...haciedo resonar las monedas contra las paredes de los vasos, buscando llamar al corazón de algún transeúnte.
Así fue que tratándolas con respeto, pero con confianza, les propuse que  por cada persona que pasara por la  vereda en  ese momento ..iba  a ofrecer fotos y esa propina  iba a ser para ellas. Que si lograba vender tres fotografías contando el motivo, (que la plata era para ellas) y que  asi tal vez me dejaran tomarles la foto. 
    Cerramos el trato.
   Apenas pasó el primer transeúnte fue que vendí la primera postal. Y así pasaron más de diez y logré vender cuatro postales.
Junté cuatro dólares y el trato estaba hecho. Queria la foto. Ahi el fin no era negociar claro, sino establecer un acuerdo para ambas partes que teníamos en común que dependiamos de otros para hacer algo posible. 
    Fue cuestión de minutos convencer a la gente que pasaba. Muchos incluso con sus dilemas culturales, opinaban que las indígenas no debían porqué pedir plata. Yo la verdad no me meto en eso, porque mas de una vez compartí un momento de mi viaje con gente que vive en la calle. Ellas en cambio venían de sus barrios. Donde se puede saber que hay una descendencia
que aún conservan el idioma y eso los hace respetables, por lo menos para mí. Y entendible que por los procesos de colonización y postcolonización siguen siendo discriminados. En el sistema de trabajo, en la calle .. imagínense en un país tan consumista como Panamá. Donde no me alcanza una mano para contar la gente que conocí interesada  por conocer sobre sus ancestros. 
    También creo que si piden monedas es porque no les da la gana pertenecer y es respetable.
Teniendo que hacer cosas para obtener algo de dinero que los incluya en ese eslabón del consumo. La verdad no soy antropologa como para opinar sobre el tema. Y quiero dejar claro que esto es solo una historia en la vida que llevo viajando. Contrastes hay muchos , la foto habla. 
     Finalmente reímos entre las tres. Y la gente que pasaba nos miraba con curiosidad. Otros se acercaron a charlar incluso.
      Una de ellas me djo que era  una mujer valiente, me miro a los ojos y me dijo "usted es buena".
Para mí esa señora tenia esas miradas que no se me olvidan jamás. Y claramente más mucho más valientes eran ellas por la humildad con la que viven y la que toleran esos dedos que las señalan. Creo que fue una mujer que pasaba por allí quien nos hizo la foto.
     Fue lindo ese momento. Fue lindo abrazar a esas dos mujeres.
Así se dan los momentos, efímeros para el cuerpo pero eternos para el alma. Y puedo decir que de todo lo que me gustaría fotografiar, solo puedo hacer un diez  por ciento. 

Soy viajera , vengo a conocerte. 

       Camino a  San José , (Costa Rica) en el bus en el que viajaba iban muchos norteamericanos y panameños, entre los turistas  un grupo de cinco mujeres  y un bebé de la comunidad Ngobé  iban camino a la ciudad. En el receso para almorzar, me senté cerca de ellas. El resto de la gente se sentó muy lejos, y no quiero quedar como la cuestionadora de todo, pero en ese momento me pregunté (de qué tienen miedo?) 
        Una de las mujeres de la comunidad se acercó para preguntarme si le podía ayudar con un número de teléfono, que necesitaba el código de país.
Feliz de que me hable, la ayude claro y eso fue un buen motivo para romper el hielo y empezar a hablar con ellas.
        Terminamos a las risas, de lo extraño que era para ellas escucharme pronunciar palabras en Ngobé be y lógicamente lo divertido que fue para mí. Conversar, intentar pronunciar, conocerlas. 
No me animé a pedirles una foto todos juntos. Creo que no se hubieran negado.  Pero entonces me pregunté qué es lo que verdaderamente quería si un acercamiento al conocimiento  o un paparazzi viajero.
        El deseo de tomarles una foto a solas, es otra cosa. Es registrar la existencia de la diversidad cultural en el  continente Americano.Y que no creamos que en Panamá solo hay un crisol de razas que llegó por las costas caribeñas.
       La mujer mayor me dijo "Maicum";  -"maicum, moguidregoré" le contesté.
       Macam yo Paola, titome nebe tibienda, didanet badí. Moguidragoré, Bazar.
                                                 
    Mi nombre es Paola, vengo de tierras lejanas,   estoy aquí para conocer...Gracias, adiós! 








1 comentario:

  1. Tu viaje es admirable, no puedo evitar hacer comparaciones con el viaje de Ernesto Guevara, hoy te conocí en San José y jamás he visto a una persona con tanta alegría te agradezco por sacar las malas energías con el instrumento australiano. Dejaste un ejemplo de felicidad en Costa Rica

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