miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sobre La Enfermedad viajando.



“Resistir determina no resistir” (Tao Te Kin)


RESISTIR
          A miles de kilómetros de mi familia, estuve enferma ,  todo empezó con un dolor en el pecho y después con síntomas de infección pulmonar. Escupí hasta los calambres por la boca y volé en los sueños, pero de la  fiebre. Me retorcí sin poder respirar y pensé que era el fin. No podía creer estar asustada y tener miedo de morirme. Quedarme sin aire , ahogarme. Sentir todo mi cuerpo languidecer ante el menor impulso de voluntad.  Hablar con mi otro yo para decirle “animo hay que seguir viaje”.  Sin embargo para  ese momento,  tuve un abrazo, cálido, tal vez efímero, pero necesario ante la palidez de la vida.
        Pero ante todo,  note que  en la enfermedad se juega que todos somos vulnerables.
Dos semanas después sané. Cambie de hostal, cambie de clima y recordé que cuando algo me ahoga es que debo escucharme.  Necesitaba el frío, respirar y dejar hasta los vicios de fumar cada tanto  por las habitaciones durante las noches. .. una vez más, desapego.  Soledad.  Reconocer que la enfermedad traía un mensaje. Que sin abrazo, esta vez,  había que salir adelante igual.



NO RESISTIR
          Pero regresé al clima caluroso y volví a enfermarme. Atrape la pandemia de otros viajeros. …estar con viajeros es contagiarse hasta las enfermedades. Convivir entre viajeros es  para eso, sobre todo si las condiciones higiénicas de un lugar ameritan estar expuestos. Que por ser blanca, que por ser vegetariana. ..Que por compartir. Que por asistir al enfermo cuando estuvo en mi lugar ... al final cuando las cosas son parte del pasado se vuelven objetivas, pero en el mientras tanto somos  culpables ante los jueces de la vida cotidiana.
         Entonces  padecí otra vez, otras infecciones que prefiero no nombrar, por lo asqueroso de su descripción…Padecí otra vez , en los pasillos del hospital. Dejando atrás mi ego, mi creencia de que podía sanarme con tés , que tal vez sí, pero el caso era grave y contagioso. Estuve rogando atención…necesitaba atención y esa era la base de todos mis síntomas. ATENCIÓN, MAS CONOCIDO COMO MIMOS. COMO MAMÁ Y PAPÁ CUANDO ERA CHICA.  Pero no los tenía, no tenía mis amigxs de toda la vida, no tenía ni al Gatito y a los perros.  Estuve sola, y  todo a mi alrededor  me  causaba  ira, me daba creer que todos son CARETAS que hablan de Dios,  del amor, del compañerismo, de los seres de luz…blablablá “En la cancha de ven los pingos”. Era el pingo más débil del juego.  Y todos los pingos son eso, solo  pingos que juegan como yo.  No podía exigir. 
     Tuve que   Curtirme ante la soledad. Aprender. Retorcerme de dolor, liberar la ira que llamo “mal de Flanders”. (Sí , por el capítulo de los Simpsons donde Flanders se cansó de ser bueno) y reconocerme débil, caprichosa,  culpable. Tan boluda que viajar me curtió para compartir , pero esta vez no compartí el dolor. Es que el dolor no se comparte, se siente y ya. Eso es todo.  Se padece, se reflexiona sobre las personas de carne y hueso y sobre la carne…la débil carne que nos cubre el cuerpo. 
     Entonces pensé en todas las personas que padecen , en todos los que están solos en el mundo, realmente solos…y les cortan una pierna, tienen SIDA,  viven una mala enfermedad que los deja en la peor calamidad, o no tienen siquiera asistencia médica, conocimiento medicinal  o no pueden levantarse para ello. Y me acordé de Ioshua, un poeta de mi barrio que murió en combate con la enfermedad, bien claro en Combate. Pero la enfermedad no lo venció, se hicieron lo mismo... Siempre pienso en lo “positivo”. Esta vez fue necesario pensar en lo "negativo". En el  OTRO que existe. En el OTRO PEOR QUE YO, realmente.  En el que padece enfermedades terminales rogándole al estado por una cura.
    Y  me tocó padecer las agujas y  retorcerme de dolor paseando por un hospital , para encontrarme con eso, con el miedo a la muerte.  Para ser vulnerable  y dejar de ser  la víctima  para ser victimario de mi propia enfermedad , y ver que si no encontraba la cuchara de madera que tenía delante de mis ojos, era porque no estaba mirando el mundo que me rodeaba…..era porque algo del camino correcto no era correcto.  Y una vez más la enfermedad, como camino….mostrandome que soy YO quien determina  sanar o enfermarse. Que la infección era una sobrecarga que mi cuerpo ya debía expulsar.     Hoy puedo sentir que las cosas cambiaron, que cambié y me siento mejor…que no voy a abandonar el camino viajando...NO, rendirse ante mi, no ante el camino del destino. 
    Siguiendo el gran libro de  THORWALD DETHLEFSEN y RÜDIGER DAHLKE  (La enfermedad como camino) . Es bueno enfermarse, porque aquel ser humano que se cree sano no considera la totalidad de la que está hecha el cuerpo,  no considera que debe haber oscuridad para que haya luz, que debe haber enfermedad para que haya cura, pero en todo caso, la totalidad determina que son lo mismo. Que al fin al cabo, todo es parte de este camino.   
Sacarme la careta de guardar la ira cuando algo me duele, mostrarme enferma ante mí misma, dejar de de esconderme de mi debilidad me enseño a superarme. A saber que mis inclinaciones no se disfrazan de Ideología….  *
PAOLA VIAJERA.


*sobre la cita de Herman Hesse en el libro mencionado en el texto. 

3 comentarios:

  1. Que fuerte experiencia Pao.... así nos marca la vida, con cosas buenas y malas. Pero hay que inflar el pecho y "apechugar" como decimos acá, que significa enfrentar, nuestras decisiones. Y así se va haciendo distante aquella persona que fuimos alguna vez, más niñas, más jocosas, llenas de aventura loca. Sin darse cuenta la aventura loca puede corroernos o incluso matarnos. Y creo que yo iba para allá. Ahora que maduré un poquito soy más serena y más sobria. Pero para llegar hasta aca estuve enferma mucho tiempo igual. De la mente y de mi cuerpo, reiteradas veces.
    Te mando un gran abrazo Pao, siempre contigo.

    Perrito

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  2. Que fuerte experiencia Pao.... así nos marca la vida, con cosas buenas y malas. Pero hay que inflar el pecho y "apechugar" como decimos acá, que significa enfrentar, nuestras decisiones. Y así se va haciendo distante aquella persona que fuimos alguna vez, más niñas, más jocosas, llenas de aventura loca. Sin darse cuenta la aventura loca puede corroernos o incluso matarnos. Y creo que yo iba para allá. Ahora que maduré un poquito soy más serena y más sobria. Pero para llegar hasta aca estuve enferma mucho tiempo igual. De la mente y de mi cuerpo, reiteradas veces.
    Te mando un gran abrazo Pao, siempre contigo.

    Perrito

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  3. Gracias querida.amiga...perrito. Siempre tendre pan en mi maleta y un abrigo por si acaso vuelvo al sur. La vida nos va distanciando de todo aquello que ya hemos conocido...y nos acerca a nosotros mismos. Nos expone en la estepa para enloquecer, morir y volver a nacer.
    Te abrazo siempre .
    Pao

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